viernes, 3 de mayo de 2019

The Honest Greens


¿Buscas un sitio donde poder a salir a comer sin cargo de conciencia?
¡The Honest Greens es tu sitio ideal! Tienes varios por Madrid, en Paseo de la Castellana, en Velázquez y en Alonso Martínez así que seguro que alguno te pilla cerquita para disfrutar de su real food.

La decoración del local siempre es muy atractiva, ya que suelen incluir muchos elementos naturales (plantas, verduras frescas, frutas), además de tener la madera como su principal fuente de atractivo para todo el que pasa por delante

He ido muchas veces pero en concreto el que más me gusta es el de Velázquez, porque tiene un "columpio" en la entrada hecho con un tronco y diferentes respaldos de sillas que me parece bastante original.

La cocina es abierta por lo que ves en todo momento lo que están cocinando y cómo lo cocinan, además mientras vas haciendo la cola para pedir, se te va abriendo el apetito y puedes ver con tus propios ojos lo que vas a comer, si eres un foodie addict como yo, estarás salivando desde el minuto uno de entrar en el local.

Hay que pedir en la barra, te dan una especie de maquinita para que te lleves a la mesa que tu quieras y tienes que coger tú los cubiertos y servilletas, ¡dato importante! Que mucha gente va allí, se sienta y esperan hasta que les atiendan, es un medio self service

Tienen una carta variada en la que puedes escoger diferentes opciones según lo que te apetezca o la dieta que lleves, en este caso pedimos una ensalada de canónigos con queso de cabra, nueces, pera y pasas con un aliño sencillo y ligero que consigue hacer que la ensalada te parezca toda una delicatessen, ternera (que para mi gusto es lo mejor de este sitio, la sirven hecha al punto y con sal gordita, ¡a mi me encanta!) y un puré de calabaza que tiene una textura esponjosa y suave que sorprende a todo el que lo prueba. 

Y también pedimos la misma carne (es imposible resistirse a ella), hummus del día (resultó ser de remolacha que ¡está buenísimo! Aunque es un plato que nunca falla, aquí les sale muy rico, otro de mis imprescindibles) y ensalada latin, la pedimos por probar algo diferente pero no nos gustó mucho, pica bastante (para los que no solemos comer con comidas fuertes) y su sabor nos recordaba a las típicas ensaladas precocinadas que venden con una mezcla de todo (se comen mucho en Inglaterra), así que esta no volveremos a pedirla.
No tomamos postre porque estamos "a plan estricto" pero flexible, aún así todos están hechos con ingredientes naturales y frescos, una opción saludable que permite que salir a comer no tenga por qué ser una fuente de calorías innecesaria, especialmente para esos meses en los que uno quiere ponerse un poco a tono.

Ambos platos con dos botellas de agua nos costaron algo menos de 30€, después de cenar estuvimos un rato más hablando y no nos presionaron para que dejáramos la mesa, el servicio es muy amable y simpático en todos los locales de este restaurante. A mi me encanta ¡y repito tantas veces como puedo!

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