Como decía mi abuelo... Una comida sin postre es una comida sin acabar. Para los que seguimos a rajatabla sus palabras y no sentimos que "hemos comido" sin degustar un buen postre... Os traigo una opción ligera y ¡muy rica!
Es fresquito y tanto para postre como post entreno o como capricho entre horas... ¡Viene genial! ¡Vamos a ello!
INGREDIENTES:
Para la masa:
- 280gr de claras de huevo
- 6 láminas de gelatina
- 2 yogures de limón desnatados (o 225gr de queso fresco batido que es lo que yo utilicé)
- Zumo de 1 limón
- Stevia al gusto
Para la capa de gelatina (la podéis poner por encima o en el medio como en mi caso)
- 260gr de agua
- 50gr de zumo de limón
- 8 láminas de gelatina
- 6 gotas de colorante amarillo
- Stevia al gusto
ELABORACIÓN:
1. Ponemos a hidratar las gelatinas y mientras tanto batimos a punto de nieve denso las claras de huevo (se puede hacer con thermomix si tenéis la opción.
2. Exprimimos el zumo de limón y lo calentamos al microondas durante 1 minuto (aprox), cuando ha pasado el tiempo lo sacamos, añadimos la stevia y las láminas de gelatina hasta que estén deshechas y mezclamos con los yogures o el queso fresco batido hasta que quede una masa homogénea.
3. Añadimos el zumo de limón con los yogures a las claras sin dejar de remover y una vez que todos los ingredientes están mezclados, vertimeos la masa en un molde desmontable para tartas y dejamos en la nevera durante dos horas.
4. Una vez pasado este tiempo, ponemos las gelatinas a hidratar para hacer la cobertura, calentamos el zumo de limón con el agua durante 1 minuto y una vez que está caliente añadimos las láminas de gelatina y la stevia mezclando bien.
5. Cuando tengamos una masa homogénea añadimos el colorante y dejamos reposar durante 50 minutos a temperatura ambiente.
6. Cuando esté frío y la masa de la tarta se haya compactado, ponemos la gelatina por encima para que quede una capa colorida de gelatina. En mi caso está en el medio porque quería que fuese diferente, para ello, tenéis que echar la gelatina antes de que la mase cuaje del todo para que pueda "pesar más" e irse hasta el fondo.
cuando tengamos todo preparado, dejamos reposar bien en la nevera durante unas horas para que al servirlo se quede temblando y de esa sensación de gelatina (aunque ¡es mousse!) y ¡a difrutar sin remordimientos!
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