¿A quién no le gusta un bizcocho o una tarta de queso?
¡Pues ambas cosas se pueden unir en la Cheesecake japonesa
Es muy fácil de preparar, barata y ¡sale riquísima! También se podría hacer en versión fitness aunque yo la hice normal (dejo las medidas para que fuese fitness igualmente por si alguien quiere hacerla ligera).
INGREDIENTES:
- 200 gramos de queso tipo philadelphia (si es fitness 200 gramos de queso fresco batido)
- 4 huevos
- 200 ml de leche (yo utilicé desnatada, pero podéis utilizar la que más os guste)
- 80 gramos de azúcar blanca (si es fitness sustituir por stevia)
- 50 gramos de harina de trigo (si es fitness sustituir por harina de avena)
- Zumo de un limón
- Ralladura de un limón
¡Manos a la obra!
¡Manos a la obra!
1. El primer paso para elaborar el delicioso pastel japonés es poner el queso philadelphia (o batido) en un recipiente y batir con unas varillas eléctricas para obtener una textura cremosa. (El queso debe estar a temperatura ambiente así que os recomiendo que lo saquéis de la nevera unos minutos antes).
2. Se añade poco a poco la leche mientras se sigue removiendo.
3. Separamos las claras de las yemas de los huevos. Las yemas las metemos una a una en el recipiente donde está la leche y el queso crema y lo mezclamos con las varillas. Las claras las reservamos.
4. Añadimos el zumo de limón, la ralladura de limón y la harina previamente tamizada al recipiente y seguimos batiendo hasta que quede una masa homogénea.
5. Cogemos las claras de huevo que habíamos apartado y las batimos a punto de nieve hasta que estén esponjosas e incorporamos la mitad del azúcar (o stevia). Seguimos batiendo durante unos minutos y poco a poco añadimos el resto de azúcar (o stevia) hasta que obtengamos un merengue.
6. Añadimos las claras y el azúcar al recipiente donde se encuentra el queso crema, la leche y las yemas y removemos con una espátula hasta crear una masa uniforme.
7. Vertimos la mezcla en un molde de 18 cm de diámetro cubierto con papel para hornear y untado con mantequilla.
8. Colocamos el molde sobre una bandeja de horno y echamos agua en la bandeja alrededor del molde para que se hornee al baño maría.
9. Dejamos hornear a 140º con calor arriba y abajo. Cuando pasen 20 minutos, bajamos el horno a 120º y lo dejamos otros 20 minutos más.
10. Apagamos el horno pasados los 40 minutos y dejamos la puerta del horno ligeramente entreabierta durante 10 minutos para que la tarta "no se asuste".
Pasado este tiempo podemos sacarla y la dejamos enfriar encima de una rejilla.
Para que esté más sabrosa, la metemos en la nevera, ya que se sirve fría y a modo opcional se le puede añadir mermelada de frambuesa.
¡Espero que os guste y os animéis a hacerla!
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